Rebeca Bloomwood a quien todos llaman Becky, es una joven periodista alegre, divertida y despreocupada cuya principal aspiración es comprar, comprar y comprar aún mas. Le apasiona ir de tiendas, encontrar rebajas y descuentos, dejarse llevar y relajarse a la vez que abusa de su tarjeta de crédito. Pero todo se complica cuando Becky no puede controlarse y adquiere diversas deudas las cuales no hacen mas que crecer y Becky comienza a ser acosada por los bancos quienes están al acecho en su busca y captura. En este contexto a Becky no le queda mas remedio que buscar una solución y para ello tendrá que tomar unas cuantas decisiones y elaborar un plan que acabe con sus deudas para siempre.
El estilo de Sophie Kinsella me parece ágil y ameno, he tenido buenas experiencias con sus títulos únicos, es esta la razón de necesitar leer la saga que la consolido como escritora del género Chick Lit. La saga ha tenido seis entregas las cuales son Loca por las compras, Loca por las compras en Manhattan, Loca por las compras prepara su boda, Becky tiene una hermana, Becky espera un bebé y Becky y Minnie van de compras.
Becky es una periodista financiera que no tiene la menor idea de su trabajo, pero aparenta saberlo para quedar bien ante sus superiores y poder sobrevivir. No es la mujer más orgullosa de su trabajo debido a que considera que trabajar en una pequeña revista de economía no es suficiente. Su sueño es escribir en una de esas grandes revistas, y así tener un jugoso sueldo que le permita pagar su numerosas deudas, ajá, Becky es una compradora compulsiva, nunca es demasiado para ella. A lo largo del libro seguiremos el despilfarro de dinero de nuestra protagonista, y por supuesto nos deleitaremos con sus mentiras, mentira más absurda tras otra.
Si bien el libro creo merece la pena para una lectura fresca y sin mucha concentración, no es lo que me esperaba. Les explicaré, yo me esperaba una historia que me hiciera reír como loca (como lo hice en su tiempo con No te lo vas a creer), si bien me arranco unas cuantas medio sonrisas, al final sólo fueron eso medias sonrisas, ni siquiera sonrisas completas. La razón principal tras esto, es que considero a Becky como un personaje difícil de querer. La chica no tiene sentido de la responsabilidad, y aunque una parte de mí ame a las protas tontas, ella es una de esas tontas que provoca cachetear mas no de esas tontas que provoca abrazar.
Me pareció que el hilo conductor era un poco repetitivo, los hechos que ocurrían nunca llegaron a interesarme del todo o mantenerme pegada a sus hojas. Increíblemente, tarde en leerlo más de lo acostumbrado, cuando pensaba que algo útil iba a suceder me quedaba con las ganas.
Con respecto al resto de los personajes, están allí ciertamente pero parecieran fantasmas porque su inclusión en la trama es muy nula. Está la mejor amiga Suze, una consentida de papá buena onda que mencionan de vez en cuando, y está el interés amoroso Luke Brandon, el estereotipo del hombre de negocios, joven millonario empresario, guapo, inteligente, y prepotente, es tan meeeeh; supongo que es desarrollado en las otras entregas. Me hubiese gustado escuchar más de estos personajes, era agobiante oír siempre de Becky.
Espero que la próxima vez que me atreva a tocar material de Kinsella me deje con un mejor sabor que éste. Tal vez hasta deba leer Loca por las compras en Manhattan para intentar lavar de mi boca el amargo gusto de ésta, quien quite y descubra por qué la serie es tan popular. Será para la próxima, insoportable Becky.
5 / 10
buenas! la verdad es que no me dice nada... de momento creo que lo dejaré pasar. Gracias por al reseña! besos
ResponderEliminarJa a mí también me dejo bastante indiferente. Abrazos!
EliminarEl libro es pasable. Bastante superficial. Para pasar el rato.
ResponderEliminarUn saludo
No sabía con que palabras describirlo pero como dices la palabra es superficial. Saludos.
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