Verán, soy una persona muy responsable. Para mí las cosas deben estar siempre al orden y deben cumplirse tal cual ha estado planeado. Si bien esto te ayuda a alcanzar metas, puede que te haga molestar por cosas por lo que los demás no lo harían. Por ejemplo, si debo hacer un trabajo en grupo para la universidad y el grupo no ha hecho su parte para hoy en la mañana, cuando el trabajo se entrega hoy en la noche, entonces eso me pone la cabeza grande, y muy tensa. Osea me estreso.
No sólo te puedes estresar en situaciones como ésta, sino también en otras como en el trabajo, el exceso de actividades, los errores que cometemos el día a día. Existen un montón de razones para estresarnos. Inclusive algunas veces envidio a aquellas personas que viven su vida tan felices, sin complicaciones, y aparte todo les sale bien.
Sí, los envido mas no desearía ser como ellos completamente porque es bueno el preocuparnos por las cosas en su correcta medida. Es más sabían que estudios en psicología han comprobado que nuestro cerebro no necesita de mucho para cambiar la frecuencia del estrés “malo” al estrés “bueno”. El estrés bueno es aquel que nos mantiene alertas, listos para la acción y atentos para tomar las decisiones pertinentes. El malo, es aquel que nos agobia, nos cansa y no nos permite pensar ni actuar. Todo comienza ahí, en el cerebro, así que desestresarlo se ubica entre los requisitos más importantes para conservar nuestra salud física y psicológica.
Sí, los envido mas no desearía ser como ellos completamente porque es bueno el preocuparnos por las cosas en su correcta medida. Es más sabían que estudios en psicología han comprobado que nuestro cerebro no necesita de mucho para cambiar la frecuencia del estrés “malo” al estrés “bueno”. El estrés bueno es aquel que nos mantiene alertas, listos para la acción y atentos para tomar las decisiones pertinentes. El malo, es aquel que nos agobia, nos cansa y no nos permite pensar ni actuar. Todo comienza ahí, en el cerebro, así que desestresarlo se ubica entre los requisitos más importantes para conservar nuestra salud física y psicológica.
Tenemos que practicar actividades que nos relajen, y lo gracioso es que son tan sencillas que te preguntaras cómo no se nos ocurrió antes. De la mano de Paula Ortiz Vidal y el artículo 40 maneras para desestresarte lo aprenderemos.
1. Analice qué ocurre. Es fundamental saber qué nos está ocasionando estrés para poder tomar medidas en el asunto, y evaluar, racionalmente, de qué forma estamos reaccionando para evitar conductas que perpetúen el problema, asegura la psicóloga Cristal Palacios.
2. Organice su tiempo. Para no andar con “corre-corres” que lo mortifiquen páutese horarios de trabajo y de relajación, de acuerdo a sus prioridades.
2. Organice su tiempo. Para no andar con “corre-corres” que lo mortifiquen páutese horarios de trabajo y de relajación, de acuerdo a sus prioridades.
3. Abuse de la risa. En YouTube sólo basta poner “videos divertidos” para ver las más absurdas situaciones, caídas y encuentros. Si no tiene cerca una computadora con Internet, disfrute de la televisión. Si sintoniza Warner Channel, seguro estarán pasando por enésima vez un capítulo de Friends.
4. Lea. Esto le ayudará a distraerse, pero busque libros de ficción que resulten un escape de la realidad en la que vive.
5. Escuche música que lo relaje. Deje que lo transporte al lugar donde quisiera estar o lo conecte con algún grato recuerdo. Peter Janata, de la Universidad de California, Davis, recientemente descubrió que ciertas melodías pueden activar la corteza prefrontal media del cerebro, provocando que despierten respuestas intensas producto de la memoria asociada a dicha música.
6. Amenice sus actividades. Evite que estas se hagan pesadas y fastidiosas. Si la voz de alguien en la oficina le molesta y no lo deja trabajar, colóquese unos audífonos y escuche música o la radio.
7. Respire correctamente. Esto permite la buena oxigenación de todas las células del cuerpo, por lo que en momentos de agitación y ansiedad es recomendable concentrarse en respirar pausada y profundamente. Swami Kriyananda, fundador de un movimiento espiritual mundial conocido como Ananda, asegura que cambiar la respiración puede cambiar el estado mental.
8. Dé una pequeña caminata en momentos de presión. Aléjese del objeto/situación causante del estrés.
9. Cuide la alimentación. El triptófano es un aminoácido básico para la nutrición humana que promueve la liberación de serotonina (un neurotransmisor que regula el sueño y el placer), por lo que controla la ansiedad, el insomnio y el estrés. Es abundante en huevos, leche, cereales integrales (arroz pardo, trigo, avena, centeno), chocolate, dátiles, garbanzos, maní y semillas de girasol y calabaza. ¿Ya entiende por qué las dietas provocan mal humor? La serotonina también contribuye a regular el apetito evitando la ansiedad por comida.
10. Coma chocolate. Aunque está en la razón anterior, vale la pena repetirlo.
12. Piense en situaciones de calma. Una vez lejos del problema, trate de imaginar algo ameno y que disfrute, que podría calmarle.
13. Piense positivo. Norman Vincent Peale es el autor de la Teoría del pensamiento positivo, según la cual, alejar los pensamientos de cólera y culpabilidad, contribuyen a curar el cuerpo. Generarse este hábito podría evitar el sufrimiento de episodios de estrés y desesperación.
14. Confíe en la sabiduría popular. “Al mal tiempo, buena cara”.
15. Disfrute de un té relajante o una manzanilla. La valeriana, la flor de azahar y el tilo también tienen propiedades tranquilizantes. Sin embargo, el café o las bebidas de cola contienen cafeína que altera el sistema nervioso ¡Evítelos!
16. Haga ejercicio. Libere el exceso de energía y disfrute sentirse bien y sano. Trote o inscríbase en alguna actividad que periódicamente le permita liberar el estrés de la semana.
17. Desperécese durante la jornada laboral. ¡En el trabajo también puede ejercitarse! La psicóloga explica cómo: respire profundamente y vaya contrayendo y relajando cada músculo que reconozca en su cuerpo, desde los pies hasta llegar al rostro. Nadie tiene por qué notarlo.
18. Golpee algo (no a alguien). Aunque es preferible evitar esta técnica si se está en público o si la molestia es con alguna persona en particular, más si se trata de su jefe, de esta forma puede descargar la ira que en determinado momento le afecta la tranquilidad emocional.