domingo, 22 de enero de 2017

7 cartas de amor de escritores famosos



Había estado pensando en qué debería escribir para que fuese la primera entrada del 2017, porque comenzar con buen pie y contenido es signo de que todo saldrá bien. Quizás lo he estado pensando mucho, pero lo que se me ocurrió fue iniciar con una entrada muy dulce, una entrada de esas que te hacen suspirar. 

Todos sabemos que una persona letrada en tal campo, será capaz de plasmarlo en muchos aspectos de su vida personal. Por ello, no es de extrañar que un escritor de profesión sea capaz de convertir a una simple carta de amor en una hermosa composición, capaz de hacer erizar tu piel aunque no sepas en cuál contexto fue redactada del todo.

Hace un tiempo leí la entrada 6 cartas de amor de escritores famosos en una de mis páginas favoritas, Libropatas. Así que sin más vueltas, les he querido mostrar algunas líneas de esos textos llenos de amor.  La entrada fue hecha con información de ThougCatalogue, Flavorwire, Vida y muerte de Mary Wollstonecraft y la edición de Círculo de Lectores de las cartas de Mariana Alcoforado.


1. De Gustave Flaubert a Louise Colet:

    “Te cubriré de amor la próxima vez que nos veamos, con caricias, con éxtasis. Quiero morderte con todas las alegrías de la carne, hasta que desfallezcas y mueras. Quiero dejarte atónita, que te confieses que nunca habías soñado de semejantes trances… Cuando seas vieja, quiero que te acuerdes de esas pocas horas, quiero que tus huesos secos se estremezcan con alegría cuando pienses en ello”.

2. De Jean Paul Sartre a Simone de Beauvoir:

    “Intenta entenderme: te quiero mientras presto atención a las cosas que pasan. En Toulouse simplemente te quise. Este noche te quiero en una tarde de primavera. Te quiero con la ventana abierta. Eres mía y las cosas son mías y mi amor altera las cosas a mi alrededor y las cosas a mi alrededor alteran mi amor”.

3. De Honoré de Balzac a la condesa Eveline Hanska:

    “Estoy prácticamente loco por ti, tanto como uno puede estar loco: no puedo unir dos ideas sin que tú te interpongas entre ellas. No puedo pensar en nada más que en ti”.

4. Franz Kafka a Milena Jesensk:

    “La última noche soñé contigo. Lo que pasó no puedo recordarlo en detalle, lo único que sé es que nos fusionábamos uno con el otro. Yo era tú, tú eras yo. Finamente por alguna razón prendiste fuego”.

5. De Mariana Alcaforado a su enamorado francés:

    “Me parece que atento gravemente contra mi corazón al intentar darte a conocer mis sentimientos a través de una carta. ¡Qué dichosa sería si pudieras juzgarlos atendiéndote a la violencia de los tuyos! Pero, aunque no debiera aludir a ti, perdona que te diga, con menos virulencia de la que siento, que no está bien que me maltrates, como estás haciendo, con un olvido que a mí me desalienta y a ti tendría que avergonzarte”.

6. De Mary Wollstonecraft a William Godwin:

    “Si el goce de la última noche pasada ha producido en tu salud el mismo efecto que en mi semblante, entonces no tienes motivo para lamentar tu falta de resolución; pocas veces he visto tanto fuego devorando mis facciones como cuando esta mañana, al arreglarme el pelo los recuerdos – muy gratos recuerdos – hicieron aflorar el rubor del placer”.

Y en realidad, puede que no sea una carta de lo más feliz, pero hizo erizar mi piel y más conociendo más o menos de la historia del por qué fue escrita:

7. De Virginia Woolf a Leonard Woolf:

Querido:

Me siento segura de estar nuevamente enloqueciendo. Creo que no podemos atravesar otro de estos terribles períodos. No voy a reponerme esta vez. He empezado a oír voces y no me puedo concentrar. Por lo tanto, estoy haciendo lo que me parece mejor hacer. Tú me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todas las formas todo lo que alguien puede ser.

No creo que dos personas hayan sido más felices hasta que apareció esta terrible enfermedad. No puedo luchar por más tiempo. Sé que estoy estropeando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y lo harás, lo sé. Te das cuenta, ni siquiera puedo escribir esto correctamente. No puedo leer. Cuanto te quiero decir es que te debo toda la felicidad en mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bondadoso. Quiero decirte que si alguien podía salvarme, hubieras sido tú. Nada queda en mí salvo la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir destruyendo tu vida por más tiempo. No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que nosotros hemos sido.

4 comentarios:

  1. Leerlas nos hace conocer algo mas a los grandes escritores y que hay detrás de su intimidad. Una buena entrada para estrenar semana. Un abrazo

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    1. Precisamente el sentimiento de intimidad es lo que la hacen especiales. Un abrazo!

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  2. Que tierno todo, como se nota que saben escribir, ains...
    Quien enamorase a un escritor

    Un beso muy grande! ^^

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  3. Me han encantado y coincido contigo en que la última me ha producido escalofríos. Una fantástica selección^^

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